viernes, 3 de octubre de 2025

Donde la luz toca lo eterno


 El Panteón de Roma es una de esas obras que logran detener el tiempo. Aunque fue construido hace casi dos mil años, sigue sorprendiendo por su presencia y por la manera en que conecta. Desde afuera, su fachada clásica, y la gran importancia de luz que lleva .

 En el Panteón, la altura desde el suelo hasta el óculo es la misma que el diámetro. Esa equivalencia tiene una intención clara de equilibrio, de armonía. Esto presenta un elemento de simetria que se recorte atraves de sus estructura. Este ejemplo de simetria nos da una idea que aparte de la grandeza que presenta es un elemento escencial.

La luz es el centeo del Panteón. Ese óculo de nueve metros de diámetro no es solo una abertura; transforma el espacio con su paso. A lo largo del día, el rayo solar recorre el interior y convierte el edificio en un escenario cambiante donde el tiempo mismo se vuelve parte de la arquitectura. La luz, materia y forma hace que quien entra no solo vea el espacio, sino que lo viva. Tambien es importante mencionar que el contexto espiritual q este representa ya que servia de templo, el cual enlaza mas su relacion con la presencia de su luz


Con el paso de los siglos, el Panteón ha demostrado que una obra puede cambiar de función sin perder su esencia. Transformado en iglesia cristiana, conservó su poder simbólico y su sentido de trascendencia. Su influencia se extiende más allá de su época. Lo que lo hace verdaderamente eterno no es solo su técnica o su forma, sino su capacidad de emocionar. 




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